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La pasión de una portuaria

La pasión de una portuaria

La pasión de una portuaria (ES)

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Los portuarios siguen siendo im­prescindibles para la carga y des­carga de mercancías. El Grupo Em­presarial del Transporte Marítimo Portuario (Gemar), ubicado en La Habana Vieja, es un colectivo capaz de desempeñar el cumplimiento de los planes de coordinación y control de productos varios, a granel, o en contenedores y cruceros que arriban a las aguas nacionales.

La historia de Ana Margarita Martínez Zequeira, especialista de la actividad marítimo portuaria, en la dirección de Operaciones de Gemar constituye un claro ejemplo de lo que brinda el amor por lo que se hace. Suele decir que nació con un li­bro bajo el brazo. No obstante que ya los años tiñen de blanco sus cabellos, mientras la interrogas descubres con sus respuestas que todavía tiene mu­cho para ofrecer.

“Siempre quise que mi profesión estuviera ligada con el mar”, señala. Con sus 65 años de edad, y más de cuatro décadas de labor ininterrum­pida, está convencida de que su ges­tión de trabajo no es suficiente, por eso vuelve, aunque ya jubilada, a continuar trabajando.

“Mi abuelo Julio y mi tío Julián, veían en el puerto su segunda casa”, nos cuenta. Quizás ese fue el impul­so que la llevó a estudiar Ingeniería en Explotación del Transporte Ma­rítimo, en la actual Universidad Tec­nológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae).

Aún recuerda jocosamente que la primera vez que subió a un barco, siendo en ese entonces recién gradua­da, llevaba unos mocasines con tacón y el jefe de la embarcación le dijo: “In­geniera, lo único que le pido, es que el tacón sea más bajito y, por supuesto, traiga el overol porque es necesario”.

¡Cuánto camino ha transitado! y desde la actividad marítimo por­tuaria ha pasado por diversas etapas liderando importantes tareas como jefa de Organización del Trabajo y los Salarios (OTS) en la terminal portuaria Aracelio Iglesias; la activi­dad comercial, así como en la direc­ción de Servicom (Servicios Combi­nados de Logística y Distribución) en los cuales acumuló conocimientos.

Defiende que la evolución es el camino a seguir y por ende es preci­so incrementar la autopreparación a través de espacios para el crecimien­to profesional.

“Es importante —resaltó— lograr la capacitación de los tra­bajadores, no podemos confiar­nos en aprender sobre la marcha, no es una opción. La correcta prepa­ración de quienes son los encargados de dirigir cada uno de los procesos es fundamental ante las necesidades del país. Han de valer todas las opi­niones para hacer de esta aventura marítima una respuesta de éxito”.

Sin detenerse en sus metas, ca­mina feliz y aunque quedan sueños por cumplir, como lograr su grado de Doctora en Ciencias Tecnológi­cas, no piensa que falló en su misión. No cabe duda de que su huella es un ejemplo para aquellos apasionados como ella de la vida en el mar.

En la actualidad, nombres como el de Ana Margarita dedican con gran devoción sus días a la vida ma­rítima. No solo nos referimos a cada uno de los tripulantes del navío, sino también a quienes desde tierra firme —operarios, comerciales, ingenieros y técnicos— contribuyen con su es­fuerzo al bienestar del pueblo.

Es el 14 de junio una jornada de fiesta para todo el sector pues se celebra el Día del Trabajador Ma­rítimo Portuario. Nuevos desafíos, metas y proyectos avalan el queha­cer para con la impronta de Aracelio Iglesias, líder portuario, mantener el compromiso y la vitalidad de las operaciones, convencidos de la im­portancia de su labor y su necesario aporte a la economía del país.